La demencia no es un daño cerebral físico, sino una pérdida de sentido de la vida.
La creencia de que la enfermedad de Alzheimer es causada por depósitos de proteínas, conocidos como “materia gris” o placas, todavía está muy extendida en la actualidad. En otras palabras, esto significaría que cuantas más placas tengas en tu cerebro, más demente te volverás.
Así se sigue interpretando, aunque existen muchos estudios que refutan tales suposiciones. Uno de los estudios más famosos comenzó en 1986 y se llevó a cabo con 600 monjas estadounidenses. Las monjas, que tenían entre 76 y 107 años, fueron observadas durante un largo período de tiempo para determinar sus capacidades mentales y otros desempeños. El archivo del monasterio permitió conocer el pasado de los participantes, sus circunstancias de vida y su actividad intelectual a lo largo de varias décadas.
Dado que la mayoría de las monjas que participaron en el estudio se encontraban en un estado mental saludable, se supuso que sus cerebros también estarían en ese estado.
Cuando se analizaron los cerebros, los científicos se sorprendieron de que los hallazgos contradijeran completamente la suposición de un “cerebro sano”. Muchas de las monjas padecían una enfermedad cerebral que debería haber afectado significativamente sus capacidades mentales. El caso de sor Bernadette parecía particularmente sorprendente.
La hermana Bernadette era una mujer talentosa y no tuvo signos de demencia durante toda su vida. Sin embargo, cuando examinaron su cerebro después de su muerte, estaba completamente cubierto de placa. Según todas las suposiciones anteriores, ella no debía haber podido cuidar de sí misma. No podía tener memoria ni orientación ni capacidad para hablar. Su cerebro se encontraba físicamente en la fase final absoluta de la enfermedad de Alzheimer, pero mentalmente no se vio afectada de ninguna manera.
Este estudio no sólo refutó las suposiciones sobre la enfermedad de Alzheimer, sino que también refutó la suposición general de que la conciencia proviene de la materia. Si no fuera cierto, muchas de las monjas examinadas con trastornos físicos cerebrales comprobados tendrían problemas de conciencia. Pero ese no fue el caso.
Podemos suponer que su estado mental saludable fue causado por un sentido de vida que se extiende más allá de la muerte física. Para las personas que ven el significado de la vida más allá de la muerte, no hay posibilidad de caer en un estado de existencia sin sentido en esta vida.
La pérdida del sentido de la existencia les sucede muy a menudo a las personas materialistas. Después de terminar la escuela, formar una familia y jubilarse, comienza la etapa de espera de la muerte definitiva. Sólo quedan los recuerdos de lo vivido y el arrepentimiento por lo perdido. Dependiendo de cuánto tiempo todavía puedan ver el propósito de su existencia, o de cuánto tiempo el entorno les permita percibirse a sí mismos como útiles, pueden permanecer funcionales; de lo contrario, sus capacidades mentales comienzan a perderse, lo cual es un síntoma clínico de demencia.
Entonces, una vez más: la demencia no es un daño cerebral, sino la pérdida del significado de vida, lo cual es inevitable para muchas personas en una cosmovisión materialista. Ser inútil, no deseado, ser una carga para alguien, etc., son situaciones en las que las personas mayores sólo pueden encontrarse en sociedades materialistas.
El estudio antes mencionado se conoce como “El estudio de las Monjas”, y hoy continúa en la Universidad Northwestern en Evanston, Illinois.